¿Ese día está por llegar o ya ha llegado? Cuando veo a una pareja en la terraza de un bar sin cruzar palabra y aún menos la mirada pero eso si, concentrados en su whatsapp o Facebook o lo que sea, pues tengo un mal presentimiento. Quizás lo más grave no sea solo eso que atonta, sino que nuestra vida se ve relegada a un plano de dependencia gestionado por las personas que usan la tecnología para controlar nuestros pensamientos. ¿Cuando todo el trabajo lo hagan las maquinas, que haremos nosotros?
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